Clase privada de danza

Este audio relato erótico se basa en la fantasía de una oyente. Diego, tu profesor de baile, te hizo una oferta que no pudiste rechazar, una clase privada; sólo ustedes dos. Disfruta de esta fantasía sexual entre profesor y estudiante de una clase de danza.

Siempre haz querido aprender a bailar. No por ninguna razón en particular. Tal vez porque siempre haz sido un poco torpe, y aprender a bailar podría enseñarte a tener un poco de equilibrio y gracia. Tal vez porque sólo querías tener algo que hacer los fines de semana. Todos los domingos a las 10 de la mañana, vas al segundo piso de un almacén estilo loft donde tú y otros diez bailarines novatos están aprendiendo a bailar salsa, a bailar tap, y swing. Todo ello a cargo del experimentado profesor, Diego. Desafortunadamente, no pudiste asistir a tu última reunión de grupo el domingo, gracias a un inesperado neumático pinchado. Diego pareció decepcionarse mucho cuando le mandaste un mensaje para darle la mala noticia. Y a ti también te molestó mucho no poder ir. Sin embargo, él te hizo una oferta que no pudiste rechazar: una clase privada, a solas. Sólo ustedes dos. Normalmente no estarías tan nerviosa de pasar un martes por la noche a solas con un guapo venezolano, pero Diego es... bueno, él es especial. Diego hace que tu corazón se acelere, que tus palmas suden y que todo tu cuerpo tiemble de deseo cada vez que lo vez. Es más que un simple capricho, es un enamoramiento total. Apenas puedes concentrarte en la clase debido a sus ojos marrones oscuros y sus preciosos rizos negros. Sin mencionar el ritmo con el que mueve su alto y esbelto cuerpo. Es increíble. A pesar de tu nerviosismo por esta lección privada, no vez la hora de entrar en el edificio. El estudio está escasamente iluminado mientras abres la enorme puerta de metal. La música suena suavemente desde el equipo de música en un rincón de la habitación. Y ahí está él. Sentado tranquilamente en una silla plegable de metal De cara a la ventana con las piernas puestas en un muro. Una tímida sonrisa ilumina tu cara cuando se da cuenta de tu presencia. Intercambian saludos amables mientras se levanta de su silla.

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